Poner fin al hambre
Después de una constante disminución del hambre durante tres décadas este ha aumentado poco a poco desde 2015 dejando actualmente al 8,9% de la población mundial o 690 millones de personas en este problema aumentando en 10 millones por año. Esta afecta principalmente a los niños de los cuales uno de cada cuatro sufre un retraso en el crecimiento, uno de tres en países en desarrollo, en el peor de los casos es la causa de más común en niños menores de 5 años.
Esto es en parte culpa de los conflictos políticos, el cambio climático y las crisis económicas, pero también del COVID-19 que pone en grave riesgo a estas personas vulnerables y a las que están al borde de la hambruna. Esta población se encuentra principalmente en Asia del Sur, Asia Occidental y África Subsahariana.
Para solucionarlo necesitamos un cambio en el sistema agroalimentario mundial para que aumente la producción y sea sostenible en el tiempo para satisfacer a toda la demanda que hay y que vendrá. El sector es el mayor empleador del mundo, sobre todo de hogares pobres. En países en desarrollo la mayoría son pequeñas granjas que con una buena inversión pueden aumentar esta seguridad alimentaria.